Quizá has escuchado hablar de la viticultura heroica, quizá te suenen de muchas fotos que has visto nuestros viñedos vertiginosos, escalando desde los ríos a la cima de los montes. Pero quizá no sabes que viticultura heroica no es una expresión acuñada en esta tierra de laderas escarpadas, sino en Italia, donde, desde el año 2011, el (Centro di Ricerca, Studi, Salvaguardia, Coordinamento e Valorizzazione per la Viticoltura Montana) cuenta con un sello específico que define este tipo de viticultura.
Solo el 5% del territorio dedicado al cultivo de la vid en Europa tiene esta catalogación; en nuestras tierras las cepas están en terrenos con más del 30% de pendiente y las cultivamos en terrazas para salvar las fuertes pendientes. Este paisaje de viñedos y laderas labradas se lo debemos a los romanos, que hace 2.000 años plantaron aquí las primeras cepas de un vino que se exportaba al centro del Imperio Romano, la gran ciudad de Roma. Ya en la Edad Media, los monjes dieron el empujón definitivo a esta tradición, que se ha mantenido desde entonces, con mejores y peores épocas, pero siempre marcando el paisaje y la historia de nuestra tierra. En la Ribeira Sacra el vino es algo más que vino: es parte de nuestra historia, ha forjado nuestras tradiciones y todos le rendimos homenaje.
En 1996 nació oficialmente la D.O. Ribeira Sacra, de la que Adega Malcavada forma parte, con sus subzonas de Amandi, Ribeiras do Miño, Quiroga-Bibei, Chantada y Ribeiras do Sil.